Los cristales de ácido úrico suelen ser de color amarillo rojizo y de forma romboidal; pudiéndose encontrar también aislados, formando rosetas o en placas irregulares (rectangulares o hexagonales).
Se conoce que pueden precipitar en cuatro formas distintas, las dos más frecuentes con la dihidratada y los uratos amorfos (forma pseudocristalina).
Su presentación depende del pH, si este es superior a 6 se presentará como uratos amorfos:
- Forma dihidratada: pH en torno a 5,2, generalmente sin uricosuria. Es la presentación más conocida en forma romboidal, de agujas, bastones y rosetas. Relacionada con hiperuricemia si pH > 5,3 y riesgo de litiasis úrica si < 5,3.
- Ver uratos amorfos.
- Las dos formas restantes son las de ácido úrico anhidro y ácido úrico monohidratado. Son mucho menos frecuentes.
Clínicamente no suelen ser relevantes exceptuando si se presentan en grandes cantidades en orina reciente, pues pueden indicar alteraciones en el metabolismo del ácido úrico o la presencia de cálculo urinario (hay que estar atentos a la presencia de hematuria, cilindruria y células de vías altas). Pueden estar presentes en la gota, síndromes febriles agudos, nefritis crónicas, síndrome de Lesch-Nyhan o ingesta elevada de purinas. También a tener en cuenta es que la candidiasis urinaria disminuye el pH, pudiendo ayudar a la formación de cristales de ácido úrico.
Son solubles en álcalis (NaOH) e insolubles en ácido clorhídrico, ácido acético y alcohol.